sábado, 18 de abril de 2015

El Fracaso del Sistema Marginal de Divisas

El Simadi cierra a 196,11 por dólar.




 Desde la creación del Simadi, no ha sido más que otro pote de humo por parte del Gobierno para intentar cubrir la crisis económica de Venezuela.  La caída del Simadi es solo una parte de lo que ha sido el control cambiario en los últimos 12 años en Venezuela. El hundimiento de este control ha sido desde el principio hasta el final. Falta de divisas, poca oferta a mucha demanda, falta de reservas del país, son algunas razones por las cuales el control ha decepcionado.

 Desde el 2003, en Venezuela ha existido un control cambiario para intentar evitar la fuga de capitales. Todo empezó con la creación de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi). Su fundación se dio luego del paro petrolero del 2002; fue un órgano regulador, creado para supervisar y manejar el mercado cambiario nacional. La tasa inicial fue de 1.600 bolívares por dólar; actualmente, BsF. 1,60.

 En paralelo con Cadivi, se creó lo que hoy en día es conocido como “mercado negro” llamado Mercado de Permuta. Este se caracterizaba por la participación de bancos y casas de bolsa para la transacción de divisas a través de títulos valores denominados en bolívares y dólares.
 Lo particular de este control cambiario es que hubo cinco devaluaciones: la primera fue el 2004, que aumentó cada dólar a BsF. 1,92; un año después aumenta un 11,7%, dejando el precio del dólar a 2,15 bolívares. Ese año se creó la Ley contra los Ilícitos Cambiarios para poder establecer las normas del intercambio de divisas. Seis años más tarde ocurrió la tercera devaluación, llevando el dólar a 2,60 bolívares para sectores “prioritarios” y para el resto de los sectores casi el doble: 4,30.

Meses después, el ex-presidente de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, firmó una ley que ilegalizaría el mercado permuta y las casas de bola, poniendo al Banco Central de Venezuela (BCV) como el único ente con competencia de manejo de divisas. En el 2010, un año de locura en cuanto al control cambiario, surgió otro organismo que se encargaría de las importaciones “no prioritarias”, la cual personas jurídicas y naturales podían adquirir dólares a BsF. 5,30. Dicho organismo fue llamado Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (Sitme).

 Justo antes de recibir el 2011, se anunció que la doble tasa cambiaria de Cadivi se iba a unificar a solo una tasa: 4,30 bolívares por dólar. Dicha medida entró en vigencia el primero de enero del siguiente año. El año 2010 fue un período importante para el control cambiario en Venezuela: dos devaluaciones, eliminación del mercado permuta y creación de Sitme. Desde el 2002 hasta el 2006, el mercado de la compra de divisas se vio afectado por las medidas instauradas por el Gobierno. Al intentar dividir los sectores en “prioritarios” y “no prioritarios”, se generan dudas: ¿quién decide a cuál grupo se pertenece?; ¿cuáles son las características de ambos sectores?; ¿por qué un sector se ve beneficiado y el otro no?; ¿por qué crear dos sectores?

 Al crear un control cambiario, el Gobierno intentó que toda la compra y venta de dólares se formulara por una sola vía, pero la falta de divisas generó la creación del mercado negro y el surgimiento de otros organismos para el control cambiario –que luego fueron eliminados o reemplazados por otros-. Este intento de control por parte del Gobierno ha fracasado desde sus primeros días. En 2013 se dio la última devaluación de la tasa de cambio Cadivi, poniendo cada dólar a 6,30 bolívares para sectores “prioritarios”. Ese mismo día se anunció la eliminación del Sitme.

Luego, ese mismo año viene la era Sistema Complementario de Divisas (Sicad), que consistió de dos organismos: Sicad I y Sicad II. El primer Sicad fue creado para sustituir el Sitme. Era regido por subasta y no tenía precio fijo, aunque su valor rondaba los 12 bolívares por dólar. Al haber subasta, no hay el control que el Gobierno espera de este organismo ya que el precio va aumentando a la medida que los clientes van ofreciendo más y más dinero para obtener los dólares. Dos años más tarde fue creado el Sicad II, organismo de compra y venta de dólares mediante bancos y casas de cambio, creado especialmente para la importación de medicamentos e insumos de salud.

 Este año, el 10 de febrero, el Presidente del BCV, Nelson Merentes y el Ministro de Finanzas de Venezuela, Rodolfo Marco Torres, anunciaron las nuevas medidas con respecto al control cambiario. Consiste en tres tipos de cambio: Cencoex (antiguo Cadivi) se regirá por 6,30 bolívares por dólar. La fusión del Sicad (agrupa Sicad I y Sicad II) y el nuevo Sistema Marginal de Divisas (Simadi).

 El Simadi fue anunciado como un “sistema totalmente libre” en el cual la interacción de oferta y demanda determinará el tipo de cambio. Ambos personajes anunciaron que habrá 3.792 puntos de atención divididos en la banca pública, banca privada, las casas de cambio y los Operadores de Valores Autorizados. También expresaron que el mismo mercado fijará la tasa, pero no informaron si el Estado participará como oferente de divisas en el Simadi.

 Uno de los objetivos del Simadi fue cerrar la brecha entre el dólar oficial y el dólar del mercado negro –el cual se encuentra a 266 bolívares por dólar-. Sin dar muchas vueltas, evidentemente este objetivo no ha sido cumplido por el Simadi ya que el precio se encuentra a 196,11 bolívares por dólar.

 “El Simadi es una medida plagada de errores”. Así expresó el economista Pedro Palma, considerando que con este nuevo sistema, la demanda de dólares crecerá y el Gobierno se verá obligado a restringir la oferta. También sospecha que el BCV está interviniendo y controlando Simadi, “emitiendo continuamente dinero inorgánico, creciendo la liquidez en forma preocupante, lo cual estimula la demanda, sobre todo por el bajo costo de financiamiento cubierto por la banca privada con bajísimos intereses.”

 Por su parte, José Guerra ningún organismo va a golpear el mercado paralelo si no hay suficiente oferta para satisfacer la demanda de divisas. Pero para él, el problema no es Simadi, sino el control cambiario: “Pero más allá del Simadi, aquí el problema es el control de cambio y si no se desmonta, seguirán los problemas.” También asegura que el Simadi ni es mercado ni es libre.

 El fracaso del Simadi es solo una consecuencia de un pésimo manejo del control cambiario por parte del Gobierno desde el 2003.

Archivo cortesía de: Carlos Contreras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario